lunes, 27 de abril de 2009

FRIEGO, LUEGO EXISTO


"FRIEGO, LUEGO EXISTO” es un breve ensayo en el que –en clave de humor- se hace un repaso vertiginoso y particular a la historia de la mujer en su lucha por la igualdad.

Se trata de una interpretación particular que pretende dar pistas a las protagonistas de esa lucha, poniendo en evidencia los trucos que los hombres han utilizado durante centurias para mantenerlas en un lugar de servidumbre y delatando los argumentos y falacias que hoy en día sigue utilizando gran parte de la población masculina.

Un nuevo enfoque de la cuestión, donde un hombre –el autor del ensayo- muestra los pensamientos estereotipados y durante milenios inconscientemente asimilados por su género, criticando abiertamente el cinismo y el perseverante engaño –en la mayoría de los casos sin saberlo- hacia las personas con las que se dice “compartir” la vida.

El hecho de que un hombre escriba como si se pusiera “en la piel de una mujer” da como resultado una descripción absolutamente realista de lo que acontece diariamente en la vida de millones de personas. Más que fotográfica, resulta, ateniéndonos a la época tecnológica que nos toca vivir, una descripción audiovisual, pues, en muchos casos, y en boca de mujeres que lo han leído ya, (“Me parecía estar viendo y escuchando a mi marido decirme lo que estaba leyendo en ese momento”) refleja con exactitud conductas y lenguajes que se repiten en la mayoría de los hogares.

El libro comienza con algunas alusiones filosóficas que más tarde pretenden ser base e hilo conductor del discurso que culminará en el mensaje en favor de la igualdad de derechos y contra los roles establecidos e impuestos desde tiempos inmemoriales.

Sigue una exposición “histórica” particular donde ciertas explicaciones no coincidirán con lo que enciclopedias y libros de texto al uso predican. Como un “manual de interpretación del comportamiento del hombre para mujeres”, sobrevuela momentos concretos de la Historia describiéndola desde otro punto de vista distinto al “oficial masculino” que se ha utilizado (¿se utiliza?) siempre.

A continuación expone el planteamiento de las mujeres que hoy en día luchan por una forma de vida distinta, en la que no se conforman con verbos tan sibilinos como “ayudar”, pues en sus vidas sólo tiene sentido “colaborar”, trabajar en equipo.

En esa labor están empeñados también algunos hombres. El libro muestra cuál es su planteamiento y los recelos e incomprensiones ante los que se enfrentan por parte de otros hombres y todavía de muchas mujeres (cada vez menos, afortunadamente).

El final es un breve alegato sobre la igualdad de las personas, una invitación a vivir desde el respeto sin distinciones y un llamamiento no sólo a tratar el tema desde niveles teóricos, sino a ponerlo en práctica. El “Ora et labora” tradicional, aplicado a la igualdad: “defiende derechos y friega”.

Si resulta una novedad que un hombre pueda desarrollar de tal manera lo que aparece en el libro, mayor novedad representa el hecho de estar escrito en lenguaje no sexista. A parte de los escritos por algunas mujeres comprometidas y de publicaciones de carácter oficial realizadas por instituciones públicas que comienzan a aceptar el reto, posiblemente sea, si no el único (tampoco tengo constancia de ello), sí uno de los contados trabajos a cargo de un hombre que presente esta característica.

Trabajo que requiere una atención especial, pues resulta casi como escribir en otro idioma. Un idioma en el que la mujer sea visible y no relegada y olvidada tras los genéricos masculinos que nos acostumbran -sin darnos cuenta- a vivir y contar la historia –la vida- como si las mujeres no existieran. Un idioma nuevo que permite mucho más que monótonos “ellas y ellos”, y que lo vamos descubriendo cuando realmente interiorizamos que el verdadero respeto a las personas debe ir más allá de escudarnos en rancias normas lingüísticas establecidas por hombres que ignoraban por completo a las mujeres (que se empeñan en no utilizar audiencia, en vez de telespectadores; alumnado, en vez de alumnos;...María y yo, en lugar de nosotros;... toda la clase estaba dormida, en vez de estábamos dormidos;...). Un idioma donde no existe el miedo a cambiar estructuras y romper moldes con tal de conseguir lo fundamental: que al utilizarlo nadie tenga la sensación de que se le excluye, y por lo tanto se le ignora.

Romper moldes. El libro quiere romper moldes. Aunque para ello está escrito utilizando cientos de moldes y frases hechas. Es el precio de escribir lo que hay. De reflejar la cotidianeidad. Pero es la única manera. Primero reconocer esa realidad. Después, intentar hacer algo por cambiarla.

Estamos en una época de cambio y este modesto libro puede ser un gran instrumento. Instrumento de reflexión, no de confrontación. No va contra nadie. Va contra comportamientos, no contra personas. El primer paso hacia cualquier cambio es ser consciente de lo que tenemos. Mujeres y hombres. Personas. Desde el respeto. Sin juzgar. Sólo compartir. Hay mucho que compartir y mucho que trabajar. Todo cambio supone un proceso largo y trabajoso. “No hay atajos para cualquier lugar al que merezca la pena ir” (B. Sills)

Merece la pena tenerlo en cuenta.


... Y tal vez merezca también la pena transcribir las líneas que a modo de breve recensión aparecen en la contraportada del libro:

“La historia de la humanidad es la historia de los engaños. Aristóteles, Lord Byron, Descartes y muchos más, con toda clase de argucias y bajo el tramposo título de “amas de casa”, han conseguido mantener durante siglos el mito de la esclava feliz, logrando que millones de mujeres hayan permanecido sin protestar en su cárcel de cristal.

Las nuevas mujeres intentan romper esquemas y dar a conocer al mundo todas las trampas culturales con las que todavía se impide llegar a una verdadera convivencia basada en el derecho que toda persona tiene a ser tratada por igual ante la sociedad.

Afortunadamente, cada vez son más los hombres que se unen a este proyecto, con la ilusión de ser coprotagonistas en un futuro no muy lejano de otra historia, ésta ya sin ironías, contada y vivida desde el respeto, donde las amas y los amos estén de sobra”.
Luis Cerrón (Autor del libro).

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